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No esperaba ganar. Ni esperaba ver mi libro publicado sólo seis meses después de haberlo finiquitado. Y mucho menos en una editorial del Grupo Planeta. Pero a veces los sueños se cumplen. Y a veces, con creces.

Todo empezó cuando una amiga, a sabiendas de que andaba buscando la manera de publicar Prohibido excavar en este pueblo, se enteró de que una editorial digital llamada Ediciones Tagus había convocado un concurso para autores noveles y obras inéditas, y de que el premio era, ni más ni menos, la publicación gratuita del libro. Además, la cosa consistía en que los amigos virtuales de Facebook votasen día a día por su libro favorito. Lo vi factible, en parte debido a que conozco a mucha gente en esta red social, sobre todo gracias a nuestra página, Pa lo que hemos quedao.

Me inscribí. Y día a día, durante dos meses y medio, un montón de amigos facebookianos votaron fielmente, uniéndose conmigo en una lucha titánica que resultó más difícil de lo que en un primer momento me pareció. Y es que los rivales fueron duros y aguerridos y hasta el último día, hasta las últimas horas, no estaba asegurada la victoria.

Pero gané. O mejor dicho, ganamos, pues mi triunfo fue el resultado de un impresionante esfuerzo colectivo de cientos de personas que, muchos sin ni siquiera conocerme, confiaron en mí y en mi obra y me apoyaron incondicionalmente. Absolutamente increíble el apoyo y la entrega de todas estas personas.

Mi eterno agradecimiento y mi máximo respeto. Siempre.

Aun recuerdo esa noche del 15 de mayo de 2013, cuando al poco tiempo de pasar la medianoche se cerraron las votaciones y un amigo puso en mi muro el We Are the Champions de los Queen. El destino quiso, además, que justo aquel momento coincidiese con el lanzamiento de los fuegos artificiales de las fiestas de mi pueblo. Y un servidor, junto a mi pareja, vivió aquellos momentos épicos con lágrimas en los ojos y una sonrisa que aun no se me ha quitado del todo. Y tardará en quitarse.

Desde entonces todo se precipitó: comenzamos a trabajar en la edición del libro, un mano a mano con la correctora que me ayudó muchísimo para aprender de mis propios errores; comencé a conocer un poquito cómo funciona por dentro el mundo editorial; lloré de alegría el día en el que mi libro por fin estaba a la venta; lloré de alegría el día en el que la primera persona que se lo leyó me dejó sus comentarios; lloré de alegría al ver que durante semanas el libro se mantenía no sólo como el más vendido en la categoría de no ficción, sino como uno de los más vendidos de todos los ebooks… vinieron las entrevistas, las reseñas, las presentaciones, las comentarios de personas desconocidas que me felicitan por la obra o los que me decían que era un coñazo y que no tenía perdón de Dios. Y de todo aprendí. Y de todo  sigo aprendiendo.

Y ahora, más de un año después, tras miles de ejemplares vendidos y miles de ilusiones acumuladas y realizadas, el sueño está a punto de llegar a lo más alto, ya que dentro de un mes y algo, Prohibido excavar en este pueblo será publicado en papel por Booket, otra editorial del Grupo Planeta.

Y todo, absolutamente todo, fue gracias a aquel giro del destino, a aquella amiga gallega que pensó que igual me apetecía apuntarme a eso de Operación Tagus

Y es que, amigos escritores y lectores, a veces los sueños se cumplen. Aunque hay que trabajarlos.

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