El estreno de la película Hitchcock protagonizada por Anthony Hopkins y basada en el libro Hitchcock!: Alfred Hitchcock and the making of psycho, es una buena ocasión para adentrarse de manera muy íntima en la figura de uno de los directores más famosos de la historia del cine. Para más de una generación el sonido de la pieza de Charles Gounoud, Marcha fúnebre para una marioneta, nos hace venir a la mente una figura de perfil de un señor algo rechoncho que aparecía en televisión. Ese es el momento de arranque de la película, justo después de la primera temporada televisiva de Alfred Hitchcock Presents, más conocida como La hora de Alfred Hitchcock.

El gran director se había vendido a la televisión y acababa de estrenar Con la muerte en los talones (North and Northwest) cuando cae en sus manos la novela Psycho de Robert Bloch y queda fascinado. La lee compulsivamente, como suele hacer las cosas y queda eclipsado por la figura de uno de los asesinos en serie que más personajes de película de terror han generado:  Ed Gein, el carnicero de Plainfield que además de crear a Norman Bates dará lugar a Cara de Cuero de la Matanza de Texas. En ese momento de indecisión emprenderá un nuevo proyecto, filmar una película de terror. El maestro del cine negro decide cambiar de registro y presenta el proyecto en su casa, en la Paramount. Corren los años 60.

Los demás detalles son claramente partes de la historia de la creación  de una de las películas más famosas de todos los tiempos. Así nos encontramos con una película que nos habla de cómo se hizo otra película, acercando a todos los públicos la figura del director inglés.  Sus escarceos con las rubias, tan bien representadas por Scarlett Johanson haciendo de Janet Leigth. Su relación con una de las mujeres más importantes de su vida, Alma Hitchcock (como cuenta su propia hija en el libro Alma Hitchcock) que juega un papel muy importante en la sombra, mas allá de las luces y los focos, siempre al lado del genio, en el claroscuro de una genialidad muy bien compartida. Hellen Mirren da luz a esta importante pieza, que por poner un ejemplo fue la que tuvo la genial idea de poner música a la escena de la bañera, esa que todavía nos pone los pelos de punta al oírla, Alfred se negaba a ponerla (detalles que se descubren en Música y Cine de Luis M. Carmona )

La película da un giro inesperado cuando descubrimos que la verdadera protagonista de la historia es ella, su mujer. Esa a la que reconocerá su excelencia el propio Hitchcock en el discurso de recogida del premio a su trayectoria de la AFI:

“I beg to mention by name only four people who have given me the most affection, appreciation and encouragement…and constant collaboration. The first of the four is a film editor, the second is a scriptwriter, the third is the mother of my daughter Pat, and the fourth is as fine a cook as ever performed miracles in a domestic kitchen…and their names are Alma Reville”.

Ni que decir tiene que la caracterización de Anthony Hopkins es excelente y nos recuerda a ese personaje que todavía tendría que dar muchos más títulos que quedarían en el recuerdo colectivo, su próximo proyecto: Los pájaros, que no llegarían hasta el 63. ¿Y en esos 3 años? Digamos que el proyecto de la mítica Psicosis fue un parto bastante largo y doloroso que puso en peligro la estabilidad de la pareja en todos los sentidos, y precisamente fue uno de esos sentidos, el común, el que puso en el lugar que le pertenecía a la obra magistral del director inglés que sigue siendo, aun hoy, uno de los más altos del cine de terror.

Para conocer a Hitchcock y adentrarse en sus motivaciones y obra, hemos sacado una selección de libros, disponible en nuestras librerías y en la web, con las que no queda detalle sin descubrir:

CL-HITCHCOCK-A4-BAJA

 

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