En la actualidad nos encontramos en un mundo tan rápido, que todos nos vemos en la necesidad de parar de vez en cuando y buscar algo de calma.

Hay gente que practica yoga, otros descargan adrenalina con el deporte, o quizás cocinando. Hoy, proponemos crear una rutina de lectura con la que evadirnos de esa espiral de estrés y aceleración, para tener un momento
propio, en el que poder desconectar y lograr valorar esos pequeños oasis.
El cuerpo humano se adapta de manera muy eficaz a las rutinas, se hunde en ellas y las acaba
realizando de manera automática, desde los pequeños rituales al subirnos al coche, hasta los
lugares por donde nos movemos a diario. Y, si bien se agradece cualquier rotura de rutina, vamos
a centrarnos en cómo crear una que nos permita dedicar un tiempo diario a leer.

Lo primero es el lugar en el que hacerlo, debemos tener un sitio en el que sentirnos a gusto. Para
la mayor parte de las personas será en su propia casa. Un sofá, la cama, o un sillón específico.
Todo lugar es idóneo si lo hacemos confortable. Algún cojín para acomodarnos, una luz cálida
que nos acompañe mientras pasamos páginas. Estos rituales se pueden complementar con
alguna vela aromática, y una gran y humeante taza de nuestra infusión favorita.
No tiene por qué ser solo en casa, quizás puede ser nuestra cafetería preferida, con una música
que nos relaje, y con un café que nos lleve a lugares lejanos en cada sorbo. Todo lugar es ideal si
nos incita a devorar palabras.

El segundo elemento es el tiempo. Debemos esforzarnos al principio en lograr un pequeño trozo
de día para generar esa rutina, de manera que con el paso de los días acabe siendo algo
automático. Al llegar a casa, en un descanso del teletrabajo, antes de dormir… con quince
minutos puede ser suficiente.

Por último, un buen compañero de viaje, un libro que nos seduzca. Puede ser la última novela de
Haruki Murakami , de Almudena Grandes o algún autor clásico como Pérez Galdós. Lo
importante es que llame la atención, que apetezca perderse en sus párrafos y conseguir un
trocito de paz cada día.
Al final lo difícil será perder ese momento.

Almudena Gómez de Casa del Libro La Vaguada.

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