Julio García Llopis

Verano, vacaciones…Época propicia para descansar y relajarse, olvidando los problemas de la vida cotidiana.

Siempre que pienso en la felicidad, me veo con un libro entre las manos, sin importar demasiado el lugar en que me encuentre. Generalmente los elijo con cuidado, seleccionando aquellos que, por su temática, contribuyen a hacer volar mi imaginación o me hacen reflexionar sobre las injusticias que, a diario, se cometen en el mundo.

La vida oculta reúne esas dos características. Los bellos paisajes de Costa de Marfil, donde discurre la adolescencia de Mémé, su protagonista, dan paso a los barrios y calles de una Barcelona azotada por la crisis en la que los inmigrantes luchan a brazo partido por la supervivencia. Y, a modo de telón de fondo, la guerra civil que desde el año 2.002 azota el país africano, propiciada por países que intentan recuperar su influencia y sus intereses económicos en las antiguas colonias.

La vida oculta contiene todos los ingredientes capaces de transportarnos a una realidad diferente: conflictos armados, miseria, turbios manejos de las potencias extranjeras… Pero también afán de superación, amor, aventuras al más puro estilo de las novelas del género dando forma a un argumento que, hasta su sorprendente final, no pierde un ápice de su interés.

Si la has elegido como lectura  ¡Feliz verano!

Imagen:  Lisa Widerberg

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