Matadme! ok

Me gustaría poder decir que esta novela es para todo tipo de público, que la escribí para un lector completo, hombre y mujer, joven y no tan joven, amante de las trilogías de fantasía y de la novela existencialista francesa, un lector redondo y fragmentado; que es para ese lector compulsivo y para el otro, el que solo comprará esta novela en todo 2013.

¡Matadme! la escribí para el apasionado de ciencia ficción y para el que solo lee poesía, me gustaría poder decir. Y de la misma manera, me gustaría afirmar que, mientras escribía, pensaba en ese amigo que siempre está a la última en materia de novedades literarias y nuevos autores, así como en el que solo confía en los clásicos, a ser posible latinos y griegos.

También me gustaría que ¡Matadme! fuera para los que solo leen novela de terror y para los amantes del cine negro y de la comedia y de las historias románticas y de las chicas Almodóvar y de las bélicas y de las eróticas rozando lo porno, sin cerrar las puertas a los exigentes lectores de autores vanguardistas injustamente infravalorados, a los especialistas de literaturas no occidentales y a los lectores que no pueden mirar ni de reojo algo que huele a «comercial».

¡Matadme! vendría a ser, en resumidas cuentas, una novela que me recomendaría a mí mismo, apta para los funámbulos, los niños, los que buscan una literatura comprometida y los que no aguantan los compromisos, al ser esta una obra seriamente divertida y tristemente alegre.

Pero entonces, dirán los lectores más avispados llegados hasta aquí: ¿qué tipo de novela es ¡Matadme!? Es una novela que puedes regalar a todo el mundo y a nadie, una novela que cubre todos los géneros al mismo tiempo y que no respeta ninguno, una comedia de acción que ahonda sus raíces en un sustrato de novela policíaca y que tiene la cara pintada de humor negro, peligro, romance, aventura y despiporre ibérico en la era de la palabra prohibida que empieza por «C».

En resumen (y concluyo de una vez): ¡Matadme! es lo que habrían querido escribir todos juntos Berlanga, Fellini, Calvino, Palahniuk, Toole, Saramago, Orwell y Jarry en un domingo de verano bajo los influjos de un vino viejo, de la música de Frank Zappa y de la pintura de Francis Bacon y Manel Fontdevila, intentando sacar algo bueno en una época tan mala.

O por lo menos, es lo que me gustaría ver en una novela.

Pero… Un momento… ¡Si la han publicado!

Entonces, solo me queda invitarte a desenredar el misterio que encierra ¡Matadme!

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