Una obra cercana y elegante, cargada de realismo y sensibilidad. Un alegato en contra del fatalismo que no dejará indiferente al lector

VerdugoLa historia de En connivencia con mi verdugo retrata la lucha de una mujer contra una grave enfermedad, llegando a defender, en ese proceso, a otras personas que padecen diferentes tipos de sufrimiento. Para ello intentará construir un postrero espacio de privacidad y dignidad, ignorando las normas que proscriben la eutanasia.

Lucía, el personaje principal, nos muestra su valerosa actitud ante la adversidad, que la sorprende en medio de un cambio de vida con grandes implicaciones afectivas para ella. Dado que se niega a verse concatenada a una cama de  hospital, elige vivir su plazo vital —que supone muy corto— forjando su pequeño paraíso, sola y con una actitud pragmática, en su Galicia natal a orillas del Atlántico.

Habrá de enfrentarse a situaciones complicadas y obligarse a avanzar sin caer en el bloqueo del desánimo. Tanto su hijo Augusto como sus amistades querrán ayudarla. El viaje que este le propone a Alemania y la lucha de Lucía en defensa de Fidel, un querido amigo y confidente, serán importantes estímulos para mirar hacia adelante.

Como tantas veces ocurre en la vida real, hay quienes, aun enfrentándose a un drama sin esperanzas de cambio, nos dan con su actitud un gran ejemplo de que querer es poder.

Desarrollada principalmente en el marco natural de las Rías Baixas (Sanxenxo, La Toja, Isla de Arosa y tantas playas de la costa), la novela contiene también pinceladas de humor, pues la vida no es solo en blanco y negro, sino que existen matices muy variados en toda su gama de grises que nos ayudan a sobrellevarla, difuminando los más oscuros. Así se puede obviar la desesperación y tal vez alcanzar la tranquilidad necesaria.

En connivencia con mi verdugo es una de esas obras que se adentran en los sentimientos del lector prácticamente desde el principio, ya que la historia de Lucía, de su decisión por darle un giro a su vida primero, y de afrontar su enfermedad después, puede ser la historia de muchas personas. Pero no por el hecho de poder hacer que el lector se sienta identificado la trama pierde fuerza; muy al contrario, es precisamente la determinación de la protagonista de sustituir el fatalismo por templanza, entereza y generosidad lo que la convierte en una historia única.

Única es además por la belleza que se desprende de sus cuidadas descripciones, de su capacidad para evocar esos paisajes gallegos que de forma magistral acompañan a la trama.

Una prosa, la de L. Martínez Torea, ágil y limpia, salpicada de diálogos cuidados a la par que cotidianos. Todo ello contribuye a que el lector, de la mano de Lucía, reflexione sobre temas (como la enfermedad, la muerte o la eutanasia) que a veces parecen incómodos, pero que vistos desde la experiencia de la protagonista pueden enfocarse con calma, humildad y sensibilidad.

L. MartinezSobre la autora: L. Martínez Torea nace en Noya (A Coruña)

En la década de los ochenta colabora en la revista literaria ALACENA DE DESEOS, de la Casa de la Cultura de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), y se presenta a un concurso de temática epistolar en Puertollano, donde obtiene un segundo premio.

Asimismo, mantiene durante varios años una columna de opinión en el periódico manchego CANFALI.

En el año 2004 se decide a autoeditar un conjunto de narraciones titulado “EL TERRORISTA Y OTROS RELATOS”, en la editorial Solingraf (Ediciones Letra Clara), de Madrid.

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