PortadaBobo

Hacía tiempo que deseaba escribir una novela como Bobo. De siempre he sido amante de los perros y admirador del cariño que muestran sin pedir nada a cambio. No consistía en escribir una novela cuyo protagonista fuese un perro, más bien tratar de describir como puede ser el amor entre el animal y su dueño. De qué forma se pueden comunicar, sin palabras de por medio. Hay personas que corresponden del mismo modo, y ese ha sido mi reto, hacer que ambos se conviertan en protagonistas de la novela.

He disfrutado mucho con su desarrollo, también lo he pasado mal, incluso, en las correcciones, en algunos pasajes me he emocionado porque los sentimientos afloraban solos.

Hasta ahora, mis novelas son psicológicas, pasando el umbral del terror, casi siempre. Este tipo de escritura absorbe demasiado, porque uno se tiene que introducir dentro de la piel del personaje, y es bastante duro. En mi anterior novela, La Rastreadora, quizá sea la más controvertida de las que he escrito hasta ahora, a nivel mental quedé agotado, por ese motivo necesitaba escribir algo diferente, fresco, que fluyera solo, y creo que lo conseguí con Bobo.

Mis lectores dicen que a pesar de mis intenciones, con Bobo mantengo mi línea psicológica. Puede que sea cierto, es algo inevitable, sale solo, pero debo advertir que desde una perspectiva diferente, por eso he disfrutado con su escritura.

Bobo tiene mensajes encubiertos al margen de la relación de un niño y su perro. Por un lado he querido denunciar el hecho de que en una sociedad avanzada, se etiqueten a las personas según los test de los psicólogos, se encasillen según un baremo, y desde ese momento permanezcan marcadas de por vida. Por otro lado, la influencia que puede tener los problemas de un matrimonio en el desarrollo mental de un niño con carencias afectivas.

He intentado que a través de la lectura de esta novela, el lector pueda pasar por diferentes etapas emotivas, desde la indiferencia a la identificación con el personaje, de la sonrisa a las lágrimas, y por supuesto, al final, dejo al lector la gran interrogante para que sea él mismo quien decida ¿Se puede justificar un asesinato?

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