Elisabeth G. Iborra

El papel de Internet en nuestras vidas cada vez es más importante y marca incluso las relaciones entre personas. Elisabeth Iborra nos explica este fenómeno en su libro «A ti te encontré en Internet» y a través de algunas preguntas que ella misma ha formulado a expertos profundizamos más en el tema:

David Lagunas, profesor del Departamento de Antropología Social de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla

E. I: ¿Crees que hay diferencias al seguir con la relación entre haberte conocido por internet o en la calle, tanto positivas como negativas?

D. L: “Hay diferencias, aunque cada vez menos. Las redes cumplen la función que antiguamente cumplían los bares, la socialización a través de la conversación, del hablar por hablar. Son los bares del siglo XXI. Si uno quería ligar hace unos años se iba a la discoteca, ahora en la red también es posible. Hay que estudiar los bares, las discotecas y las redes como núcleos de sociabilidad de primer orden”.

E. I: ¿Relacionarte por internet te da la sensación de compatibilidad pero luego en la realidad es otra cosa y tienes que adaptarte a la otra persona?

D. L: Eso es obvio cuando inicias cualquier relación, quizás es más acusado cuando esta relación se inicia por internet. El propio formato de los perfiles no presenta una información completa, sino pre-diseñada, que simplifica y trivializa.

E. I: ¿Ocultamos ‘defectos’ o secretos más fácilmente que luego se acaban relevando y son determinantes?

D. L: Es obvio, ¿no? El hecho de no haber contacto físico evita los riesgos de la comunicación que explica Erving Goffman cuando analiza el rubor como servomecanismo para garantizar la comunicación. Si meto la pata en internet no tengo a la persona enfrente, no me ruborizo. Evito los fracasos. Siempre que representas tu “fachada” procuras dar una “buena impresión”, es obvio que ocultes tus miserias.

Dolors Reig, psiocóloga social especializada en redes sociales y autora de Socionomía:

E. I: ¿En las rupturas, tú crees que tiene que ver el hecho de haber empezado  por internet o una vez establecen la relación en la realidad ya no tiene ninguna influencia?

D.R: Haberse conocido por internet es comunicar en mayor medida en el plano espiritual que en el físico y con mayor desinhibición. Para bien o para mal seremos más sinceros cuando hemos desarrollado parte de la relación en internet. También puede significar mayor idealización que puede hacer más difícil encajar los problemas de la vida diaria. La gente presenta la mejor versión de sí misma en internet y la vida real no siempre pone fácil este aspecto.

E. I:¿Es más fácil caer en la idealización y luego decepcionarse al quedar cara a cara?

D.R: Existe ese elemento de idealización del otro y de autopresentación idílica que sí puede chocar con la realidad pero que después puede ajustarse o incluso servir de incentivo para efectuar mejoras en la propia realidad (cuidar más la estética, adelgazar, vestir mejor, etc.). Es bueno compatibilizar en lo posible ambas formas de relación desde el principio.

E. I: ¿Nos permiten las ciberrelaciones cubrir carencias emocionales como la  necesidad de sentirnos comprendidos, escuchados o leídos, el  cibersexo, etc. pero sin necesidad de implicarnos física ni  emocionalmente porque podemos protegernos con la pantalla?

D.R: Es curioso cómo la pantalla efectúa en sí misma una demanda de realidad. Podemos empezar relaciones de ese modo pero es habitual que llegue un momento en que no nos sea suficiente, nos haga sentir frustrados esa diferencia entre nuestro yo ideal (en red) y el real fuera de ella. Eso hace que solucionemos carencias que podamos tener en la vida real.

Javier de Rivera, Sociólogo, perteneciente al grupo de investigación Cultura digital y Movimientos sociales Cibersomosaguas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM (complutense)

E. I: ¿Te permiten las redes saldar cuentas pendientes del pasado que luego pueden funcionar o serían sólo espejismos?

J.R: Es una cuestión más psicológica que sociológica, yo diría que te permiten arreglar (más que saldar) las cuentas, en el sentido de normalizar las relaciones con exparejas, en el sentido de que permiten tener un contacto distante. En psicología sería como una forma de desensibilización progresiva al trauma que pudo haber supuesto una pareja rota. Tienes un ligero contacto que te permite igual arreglar tus sentimientos con esa persona.

Si pueden funcionar o no… para volver a salir? Creo más en el dicho de «segundas partes nunca fueron buenas», pero supongo que si eso es lo que se quiere, sí, pueden servir para retomar el contacto… aunque, por las experiencias de gente que he entrevistado sobre usos de redes sociales suele ser una toma de contacto descontextualizada, es decir, que la gente tiene otras situaciones personales en las que revivir el pasado igual no viene mucho a cuento. p.e. alguien con una relación seria que se plantea revivir algo con una expareja (=»buscarse problemas innecesarios»)

E. I: ¿Son las relaciones por internet más platónicas, menos realistas o exactamente igual?

J.R: Obviamente, nos relacionamos de una forma descontextualizada, no hay una situación social que la provoque. La comunicación online es una comunicación a través de información, textos, imágenes, etc. Al no haber presencia física, nos construimos una imagen del otro a partir de la información que produce, y eso claro que nos da una imagen más idealizada. Las poesías o cartas de amor son un buen ejemplo de idealización amorosa, que igual está muy lejos del amor cotidiano que hace falta en una relación.

E. I: ¿Son las relaciones virtuales sustitutivas de las presenciales?

J.R: Son una forma de acceder a un tipo de sensaciones o experiencias agradables y enriquecedoras en un entorno más protegido. Experiencias que al mismo tiempo pueden ser insuficientes para satisfacernos (o quizá no). El único problema que le veo es que quitemos importancia a las relaciones que tenemos en la vida offline por esas experiencias más lejanas online (p.e. dar más importancia al quien nos escribe cartas de amor o cartas/imágenes lascivas, que a quien tenemos al lado ofreciéndonos una relación-interacción más real.); o el hecho de inhibirnos de buscar relaciones offline. Pero normalmente, creo que la mayoría de la gente no tiene problema con eso. Y es más común que la experiencia ayude (y cuando no lo hace, la gente simplemente deja de usar la red para esas cosas).

Lidia Pozo, psicóloga y sexóloga

E. I: ¿Sirven las redes sociales especialmente a gente con dificultades para relacionarse?

L.P: Personas con una autoestima baja o con carencias emocionales fuertes pueden ser más tendentes a la dependencia de chats o relaciones por internet. En general, las relaciones por internet se sustentan en una estructura de protección, el panel del ordenador, la pantalla del móvil o la privacidad de tu casa frente a la webcam te dan una sensación de seguridad, en la que te abres y en la que das lo mejor de ti para mantener a la otra persona pendiente de tus emails, llamadas, o conversaciones, nos camuflamos y nos convertimos en lo que la otra persona espera de nosotr@s, que no es algo malo hasta que se crea la necesidad de conocerse personalmente. Todo el mundo a primera vista somos encantadores y maravillosos, y si no tenemos que dar la cara (protección de nuevo) podemos ser lo que la otra persona quiere que seamos.

Como profesional me parece adecuado que alguien que no tiene un circulo de relaciones sociales fuerte ni estable establezca relaciones por internet con iguales, búsqueda de amigos, grupos de excursiones o actividades que el paciente considere iguales a las suyas pero siempre acompañado de una terapéutica puesto que la persona que es tímida, introvertida o desconfiada va a seguir siéndolo por mucha gente que conozca, mientras que si apoyas ese nuevo descubrimiento de amistades con una terapia adecuada puede haber grandes progresos en poco tiempo.

E. I: ¿Son perdurables en el tiempo los reencuentros?

L.P: Las relaciones basadas en las redes sociales generalmente se quedan ahí, en las redes sociales. Una puede dar con un compañero del colegio que hace mucho que no ve y mantener durante 4-5 días una conversación por mensaje privado en facebook poco a poco esa relación caerá en el olvido de nuevo, por que no hay nada que los una, salvo una pantalla de ordenador, las vidas ya no son las mismas, y las personas tampoco. Son relaciones efímeras (matizo que no sé como has definido una relación personal, por lo que estoy hablando en general).

E. I: ¿Cuál es el plazo aconsejable para una primera cita tras el intercambio de mensajes?

L.P: Si conoces a una persona por meetic o cualquier página de contactos de este tipo y al poco tiempo después de haber mantenido los mensajes de rigor (otra fuente de exploración magnifica, rituales de apareamiento por meetic) os conocéis cara a cara, el tiempo medio de conocerse está en unas 4-5 días de conversación via internet, no da tiempo a crearse una fantasía, no da tiempo a idealizar a la otra persona, así que os conocéis y si va bien fenomenal y sino a otra cosa, que tengo a otras 15 en la lista de espera. El tiempo que pasa entre conoceros por internet y conoceros en persona es directamente proporcional al nivel de fantasía y de expectativas que te haces acerca de esa persona, y por lo tanto la posibilidad de frustración, desengaño y caída en picado también crece.

Soraya Sacaan, periodista, master de comunicación y periodismo digital. Injo Latam Innovación y Periodismo en Latinoamérica

E. I: ¿Es un medio más para conocer gente, pero, cómo conviene usarlo?

S.S: Es mejor usarlo con un objetivo sano y mantener ese objetivo en la medida de lo posible. Si se usa para trabajo, conocer gente, ligar o lo que sea hay que ser consciente que la otra persona que está atrás de la pantalla es una persona y que esa persona también tiene vida.

Además, hay que medir los tiempos, reconocer dependencias y autoimponerse limitaciones al minuto de notar un conflicto. La mejor manera de darse cuenta de este tipo de cosas es cuando no puedes hacer cosas simples sin estar conectado: estar en una cena o dormir sin mirar el teléfono, sufrir por no tener acceso a internet, estar atento al correo electrónico o chat 24 horas al día, dejar de lado a tu familia o pareja por estar en el computador, etc.

E. I: ¿Qué consejos darías para sacarle el mejor partido, salir lo mejor parado posible, evitarse decepciones y chascos, no asumir riesgos innecesarios y protegerse de algún tarado? ¿Es mejor intentar saber lo más posible del otro antes de conocerle o quedar cuanto antes para evitar la idealización?

S.S: Mantener conversaciones sinceras y reales, evitar los supuestos, demostrar defectos y esperar del otro lo que se ve o se lee, nada más. Recordar que a la otra persona se le pueden olvidar horarios y que no siempre se puede estar en la misma “sintonía” en torno a la relación o la vida.

En mi opinión personal, siempre es bueno mantener un poco de distancia al principio de las relaciones, pero hay que reconocer el minuto de abrirse y siempre es bueno tratar de establecer una relación sincera ya sea con quedada o no. La sinceridad ahorra mucho tiempo y si no hay respuestas directas o concretas, o hay mucho miedo de por medio o el tipo vale nada.

E. I: Si es cierto que por la red escribimos mejor, podemos pensar antes de escribir y rectificar antes de darle a enviar, no acabamos pareciendo mejor de lo que somos? ¿Dará palo después ser más lento y menos ingenioso o culto en el cara a cara? ¿Hay gente que no se atreve a quedar por eso?

S.S: En realidad el ser más cuidadoso al momento de comunicar es parte de Internet. No sé si conociste Google Wave, un sistema de comunicación de Google en el cual podías ver lo que la otra persona escribía en tiempo real. El sistema fue cerrado en menos de dos años.

La transparencia en tiempo real para las relaciones personales en internet no tiene mucho éxito. Pero en la vida real se ha tratado de modificar la espontaneidad por discursos o actitudes más planificadas u orquestadas y no ha habido éxito. En el contacto cara a cara sucede al revés que en la Web, mientras más lento o menos ingenioso menos credibilidad.

Creo que hay gente que no se atreve a quedar por dos motivos: no se quiere mostrar o no quiere ver a la “persona” que hay detrás de la pantalla. Creo que hay culpas y miedos de por medio.

Imagen:  Ed Yourdon

Anterior

¿Has elegido ya tu libro para el verano?

Siguiente

Manualidades y reciclaje para este verano. Lectores de 5 a 8 años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar