Tras finalizar la 25.ª edición del Salón del Manga de Barcelona podemos asegurar que el manga ya no es lo que era. Ya no se puede utilizar la manida frase «ha llegado para quedarse»: no solo se ha quedado sino que la evolución actual del mercado indica que puede llegar a canibalizar al resto de los tebeos. Si antes los festivales dedicados al manga eran organizados con mucho cariño y pocos medios por fieles aficionados (otakus), ahora eventos como el de Barcelona son más visitados que los dedicados a cómic americano o europeo. En países con gran tradición por la historieta como Francia el ascenso del manga es imparable y no dejan de aparecer eventos por toda su geografía.

El Salón del Manga de Barcelona no solo es una radiografía del mercado editorial japonés, además es una ventana a la cultura japonesa que deja claro que el público español la ha recibido con los brazos abiertos, especialmente a la industria del entretenimiento.

Hace un par de décadas el tebeo japonés era un añadido, un postre, para el habitual lector de cómic en nuestro país. Las editoriales introducían en sus catálogos con cuentagotas series y autores. A comienzos de los noventa se produjo la explosión gracias a Akira y Dragon Ball, series que pueden considerarse clásicos y que leen ya dos generaciones.

Durante los noventa se saturó el mercado con títulos que propiciaron una burbuja que explotó a finales del siglo XX. Esta burbuja no conllevó el fin del desembarco del manga en España sino que provocó una consolidación con cimientos y pilares sólidos como el compromiso de las editoriales de terminar todas las series que se editaran, el cada vez más masivo apoyo de las versiones animadas de las series y la llegada del merchandising.

Hay que tener en cuenta varias ideas fuerza sobre el ascenso del manga en España:

  • La gran variedad de géneros y subgéneros que permiten que sea misión imposible no encontrar algún autor o serie en la que estar interesados.
  • Además del compromiso de las editoriales de terminar la publicación de todas las series iniciadas, también la reedición continua de títulos para que la serie no muera.
  • La recuperación en cuidadas ediciones de series que fueron cabeza de playa en el desembarco del manga en España como I”S y Fruits Baskets.
  • La edición de obras y autores minoritarios que años antes era impensable soñar en España.
  • El lector de manga actual es mayoritariamente joven y hay que destacar que hay una generación de lectores, especialmente lectoras, que solo han leído manga y que no están muy interesados en el resto de sugerencias del mercado de cómic.
  • La apuesta de Planeta por la revista Planeta Manga es otra prueba de que el manga está fuertemente consolidado en nuestro país. Publicar revistas hoy no es una actividad heroica pero esta es una revista realizada por autores nacionales que han adoptado un estilo de dibujo que no se diferencia en absoluto del que viene del país del sol naciente.

El manga se ha quitado de encima el estigma que tenía de ser sinónimo de violencia y sexo y ofrece un abanico tan amplio y tan reforzado por la industria audiovisual (anime y videojuegos) que muy probablemente será la lectura mayoritaria en relativamente poco tiempo.

José Antonio Manzano

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