El 4 de Septiembre de 1957 salía a la venta el primer número de Hora Cero semanal, suplemento de la revista mensual del mismo nombre.  Con ella nació la historieta más importante del cómic argentino:  EL ETERNAUTA.  Esta fecha es de una importancia tal que fue la elegida para conmemorar el Día de la Historieta en Argentina.

Durante los dos años (la última entrega fue el 9 de septiembre de 1959 en el número 106) y a un ritmo de publicación de 3 páginas por semana se gestó una obra maestra que ha quedado para siempre en el imaginario colectivo del país.

El cómic, siguiendo la moda de los años cincuenta y habitual en los años de la guerra fría, nos cuenta una invasión extraterrestre de la tierra, pero esta vez los lectores argentinos no verían platillos volantes en los cielos de Nueva York, sino que la acción transcurría en el Buenos Aires que habitaban y por primera vez una invasión alienígena llegaba hasta la misma puerta de sus casas. Esta obra maestra conseguirá que el avance de los resistentes humanos por la Avda. General Paz y la gran batalla contra los invasores en el estadio de River se graben como hechos históricos reales en la memoria de todos los lectores.

Desde su aparición, El Eternauta fue todo un éxito y una de las claves fue el tener un héroe colectivo. Juan Salvo aparentemente es el principal protagonista y es su figura, dentro del traje protector, la imagen icónica de esta obra maestra, pero el verdadero héroe en El Eternauta es el grupo. Y así muchas veces pasa que el resto de personajes como Favalli, Franco, Pablo, “Mosca”, sin olvidar a Elena y Martina, mujer e hija de Juan Salvo, le eclipsan y cogen el timón como verdaderos capitanes de la historia. Ni diferentes clases sociales, ideas políticas, niveles culturales, impiden unirse y luchar como un solo hombre frente a la invasión a la población. Consiguiendo con ello que nadie se resistiera a sentirse identificado con el vasto elenco de la saga.

Frente a ellos nos encontramos todo un desfile de especies alienígenas con el objetivo de invadir la tierra. Sirva este artículo sólo para presentar a los terribles “cascarudos”,  a los fríos “manos”,  a los gigantes “gurbos” y a los despiadados “ellos” y que seas tú, que estás leyendo este humilde texto quién los vaya descubriendo, si es que no los conoces ya, de la forma que estos dos titanes de los tebeos querrían que lo hicieras.

Al dibujo de esta colosal obra está Francisco Solano López, uno de los más importantes autores de todos los tiempos. Sus diseños de personajes, su maestría en la narración, su uso del blanco y negro y su complicidad con el guionista hacen muy difícil que este tebeo hubiera podido ser dibujado por otra persona y el tiempo lo ha demostrado con creces cuando se ha revisitado la obra y se han hecho versiones y ampliaciones estando, incluso, el propio Solano López involucrado en el proyecto.

Pero esta obra no habría sido del todo posible si no hubiera sido creada y escrita por Héctor Germán Oesterheld, sin duda el guionista más importante de la historieta argentina. Tras una etapa como guionista asalariado en diversas editoriales se embarcó también como editor junto a su hermano consiguiendo la plena libertad creativa que ansiaba.

Oesterheld reivindica el cómic como forma de expresión artística que está a la altura de la literatura o el cine y, a pesar de las peticiones que le hacen para que se dedique sólo a la literatura, dedicará toda su vida a la creación de obras maestras de este medio con el que considera se puede educar, formar e instruir. Obras como Mort Cinder, Ernie Pike o Sargento Kirk quedarán para siempre en el Olimpo de los tebeos y que sean del género que sean siempre en ellas estará latente el humanismo del guionista

En el caso de El Eternauta, se crea como obra de Ciencia-Ficción, pero los autores se dan cuenta pronto que están creando una obra que va más allá, que les trasciende. Sus múltiples lecturas, sus detalles sutiles, sus metáforas, permiten disfrutarla con cada visita. Oesterheld es un maestro en crear mundos grises en los que sus personajes tienen múltiples aristas y el autor huye de los maniqueísmos y un ejemplo claro lo vemos en los invasores ya que por momentos el lector logra empatizar con estos.

A medida que continua con diferentes obras, como las continuaciones de su obra magna, Oesterheld  va tomando parte más activa en la política en uno de los momentos más negros de la historia del país y comprometido con sus ideas y como miembro de montoneros, pasa a la clandestinidad, sus 4 hijas son asesinadas y finalmente él mismo formará parte de la tragedia argentina ya que forma parte del horror de los miles de desaparecidos. En 1977 es secuestrado y presumiblemente asesinado ya con la dictadura militar instalada en el poder.

Nunca sabremos qué obras nos hemos perdido tras su muerte pero tenemos la obligación de leer las que nos legó y la primera de ellas es sin duda EL ETERNAUTA. Después de estar años agotado, Planeta Cómic nos ofrece una nueva oportunidad para disfrutar de esta obra maestra en una imprescindible y cuidadísima edición.

José Antonio Manzano, departamento cómic de Casa del Libro.

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