Con la llegada del verano, llega un momento que suele considerarse el ideal para emprender uno de los grandes hitos en la vida de nuestro hijo o hija: el reto de dejar el pañal. Las buenas temperaturas, el fin del curso escolar y el hecho de que pasemos más tiempo con ellos facilita mucho afrontar este proceso. La mayoría de los niños suelen estar preparados para enfrentar esta etapa hacia los dos años, pero no existe una edad concreta para el control de los esfínteres: depende del desarrollo psicomotor de cada uno.

Es importante estar atento a las señales y dejar que sea tu hijo o hija el que te guíe para saber cuándo ha llegado el gran momento. Algunos indicadores pueden ser: que haga más de seis meses que anda, que distinga cuándo el pañal está mojado y cuándo está seco, que muestre indicios de querer contenerse cuando necesita hacer sus necesidades…

Una vez el niño o niña está preparado, hay una serie de buenos consejos que puedes seguir:

  • Nombra lo que ocurre cuando se hace pis o caca, así como las señales previas que puedas ver. Así el pequeño aprenderá a poner nombre a las acciones y sensaciones que está experimentando.
  • Muéstrale cómo tú utilizas el váter. Los niños aprenden mucho imitando lo que hacemos los adultos. Además, verá que es algo que todos hacemos y esto le ayudará a introducirlo en su rutina.
  • Ve con tu hijo o hija a comprar su propio orinal o adaptador: hacerle partícipe y dejarle escoger hará el proceso más atractivo para él o ella. Utilizar calendarios de pañal en los que vayáis reflejando los días en los que ha hecho un buen trabajo también puede ser una gran motivación.
  • Felicítale cuando consiga utilizar el váter: es todo un logro para un bebé. El refuerzo ha de ser positivo, y nunca se le debe reñir por tener un escape involuntario. Estos son inevitables, así que criticarle o castigarle por ellos tan solo creará inseguridad en el pequeño.
  • Busca libros que le ayuden a identificarse: ver que los personajes pasan por su misma situación hará que la experiencia se perciba como algo natural. También podemos leer mientras esperamos a que termine de utilizar el váter para que no se impaciente.

Existen muchos libros que facilitan el proceso del control corporal, mezclando aprendizaje con ocio. En ¿Puedo mirar tu pañal?, un libro con solapas de lo más ocurrente, Ratón investiga el contenido de los pañales de todos sus amigos, pero cuando los demás quieren saber qué hay en el suyo, descubren que él ya usa el orinal. Por otro lado, El libro de los culitos nos enseña que en el mundo hay muchos animales diferentes y que todos tienes culitos de lo más variados. Otra gran opción son los álbumes ilustrados: ¡No hay nada!, Perrito tiene mucha prisa o Un regalo genial son divertidos cuentos que ayudarán a motivar a tu hijo o hija. También podemos recurrir a personajes que acompañan a los niños en diferentes aprendizajes, como es el caso de El orinal de Lulú, que forma parte de una colección de primeros hábitos.

Esta es una etapa difícil que puede llegar a ser frustrante para los padres. ¡Ármate de paciencia! Muchas veces escuchar a los pequeños de la casa es la mejor opción. Y recuerda que todo se lleva mejor si se afronta con amor y comprensión.

Editorial SM.

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