Guerra de Sucesion España

La Guerra de Sucesión de España (1700-1714) fue una guerra mundial en la que participaron las principales potencias europeas para apoyar a uno de los candidatos al trono de España: Felipe V de Borbón, nombrado sucesor por Carlos II, y Carlos III el Archiduque, de la casa de Austria.

Aquella disputa en principio dinástica, albergaba intereses territoriales y económicos por parte de las potencias contendientes, especialmente el control del comercio americano ambicionado tanto por Inglaterra como por Francia. Así pues, el componente internacional condicionó la guerra desde el primer momento hasta el último, en la que los ingleses marcaron siempre la pauta.

Pero además el conflicto alumbró una guerra civil en España en la que se enfrentaron los territorios de la Corona de Castilla, fieles a Felipe V, y los territorios de la Corona de Aragón, partidarios de Carlos III –aunque hubo lógicas excepciones en cada bando–.

De poco nos sirve explicar la toma de partido en ambos bandos, por las simpatías hacía un rey u otro sino que hay que ahondar en las razones que motivaron aquellos amplios apoyos. En Castilla los grupos dirigentes creyeron ver en la dinastía de los Borbones, representada por Luís XIV, la mejor garantía para mantener la integridad territorial de la monarquía hispánica, para dinamizar la economía y reorganizar la administración estatal. En cambio en la Corona de Aragón, a partir de 1705, abrazaron la causa austriacista, liderada por Inglaterra y Holanda además del Imperio, tanto por razones económicas (para conservar el comercio con ambas potencias e impedir la entrada de manufacturas franceses) como políticas, para mantener y fortalecer el constitucionalismo y las instituciones políticas propias frente al creciente poder de los reyes que tenía lugar en el continente europeo.

Sin duda, tales actitudes se fundaban en culturas políticas distintas: de corte más jerárquico en Castilla, donde el rey disponía de mayor capacidad de decisión; más «republicana» en la Corona de Aragón, donde el poder del rey experimentaba limitaciones evidentes, especialmente en Cataluña, lo que permite entender la resistencia a ultranza de Barcelona hasta el 11 de septiembre de 1714, en defensa de las «libertades» colectivas que amparaban beneficios sociales.

El triunfo de las tropas borbónicas, facilitado por el abandono de los británicos y por los tratados de Utrecht que pusieron fin a la guerra (1713), consolidó a Felipe V en el trono. Además de la represión durísima que se abatió contra los austracistas dando lugar al primer gran exilio español, la Nueva Planta borbónica liquidó la monarquía compuesta de los Austrias (formada por dos bloques territoriales con ordenamientos jurídicos y políticos distintos, aunque con un rey común), e impuso una estructura absolutista, uniformizada y, por ende, militarizada en los territorios vencidos de la Corona de Aragón.

Fue un mal comienzo para el embrionario Estado-nación español perjudicado, además, por significativas pérdidas territoriales y concesiones comerciales.

Firmado: Joaquím Albareda

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1 comentario

  1. a los angloparlantes les importa un bledo la cuestión interna de la guerra de Sucesión a la corona española. el idioma del Quijote y de quinientos millones de hispanoparlantes que tienen como lengua materna el español se merecen un poco de respeto y mas cuando somos los realmente interesados por el tema.

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