El director de «Legado en los huesos» nos habla de la película

Legado en los huesos es la segunda parte de la Trilogía del Baztán. Y supone también en cierto modo su reverso y su complemento a nivel narrativo y visual, alejándonos del thriller policiaco para adentrarnos en el drama emocional, el suspense y las películas de investigación de las grandes sagas de misterio. Una historia que recorre desde el siglo XVII y su lucha contra la brujería en el Valle de Baztán hasta los centros del poder religioso en la Navarra actual.

Nuestro objetivo ha sido siempre que Legado en los huesos funcionara como una película independiente, y permitiera disfrutarla de manera autónoma. Pero también que pudiera ser percibida como la segunda parte de una gran saga en la que cada película es más grande y emocionante que la anterior, añadiendo claves y más claves para entender la historia de Amaia y de su familia, el verdadero epicentro de nuestra trilogía.

Mientras El guardián invisible suponía para Amaia un descenso a los infiernos y un regreso a su pasado y al origen de sus pesadillas, esta película relata cómo la maternidad y la superación del fantasma de su madre hacen de ella una mujer más fuerte, capaz de enfrentarse a su progenitora ahora como una persona real, y no como la reencarnación de todo su sufrimiento infantil. Ese renacer y esa transformación de Amaia se cosifica en la película en una evolución clara en lo visual: de los paisajes opresivos y densos de la primera película a la calidez de la luz en estas dos siguientes, con los rayos de sol tratando de luchar por sobresalir entre las nubes, en una búsqueda de claridad casi metafórica. Amaia es madre y lucha por su hijo como una pantera, y esa fuerza que emerge de la maternidad tiñe la película y la transforma, haciéndola mucho más emocionante.

Tras la maternidad, la magia, las creencias sobrenaturales de todo tipo y las fuerzas de la naturaleza son otros de los engranajes a través de los que pivota Legado en los huesos. La película supone una reflexión acerca de hasta dónde está dispuesto a llegar el ser humano por perseguir aquello en lo que cree. ¿Cuál es la fuerza de lo sobrenatural que mueve al hombre a hacer las cosas más atroces en una búsqueda de conseguir aquello que se desea? Esta dualidad entre razón y ciencia marca la película y construye en ella también dos films distintos: de un lado, el relato de la investigación racional de unos crímenes conectados con prácticas ocultistas enraizadas en la tradición de brujería centenaria del Valle de Baztán; y del otro, la lucha de una mujer contra esas fuerzas oscuras que atraviesan la historia del valle. Escepticismo versus creencia. Como dice uno de los personajes en un momento de la película: «Deje de preguntarse si es real o no, lo que importa es la fuerza que esa creencia tiene».

La Trilogía del Baztán, de la que forma parte esta película, es un tríptico que pivota en torno a varios temas: la maternidad, el mal, la mitología, la necesidad de creer, la familia como elemento que nos define, nos salva o nos condena, el Valle de Baztán, y la certeza de que el lugar en el que nacemos marca de manera indeleble quiénes somos y nos define, por muy lejos que huyamos de él.

Fernando González Molina, director de Legado en los huesos

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