Matadme! ok

Mi reportaje alrededor de los hechos que han dado origen a la novela ¡Matadme! sigue el rastro de sus protagonistas.

Tras hablar cinco minutos con el autor, Valerio Cruciani, hoy puedo tener el placer de publicar otra entrevista, sin duda más productiva e interesante, con el investigador del caso: Quique Tárrega.

Este joven policía de unos treinta años de edad, tiene todas las del sabueso que nunca se rinde hasta dar con su presa. Su olfato le obliga a seguir cada rastro, cada pista, cada pequeño indicio del crimen, hasta resolver el entuerto.

Muy animado por el hecho de que un periodista le entrevistara, Quique Tárrega no ha escatimado detalles: desde el día en que apareció el anuncio, sintió que algo oscuro y peligroso estaba a punto de ponerse en marcha. La curiosidad por descubrir quién podría haber gastado una broma tan pesada le puso en marcha, contrastando con las órdenes directas de su ex superior.

Admite que al principio se sintió muy solo y tuvo que actuar en secreto. Hasta que encontró en Lola Escudero una compañera inteligente y de confianza, que se unió a la investigación.

Quique Tárrega es un chico modesto y humilde, que hace de su trabajo una misión al servicio del ciudadano, y que ha quedado profundamente impactado al ver cómo el anuncio del suicida puso del revés Madrid y a medio país.

Cuando le pregunto por Valerio Cruciani, abre los ojos y se agita en su silla. Asegura que intentó quitárselo de encima desde el primer momento, que nunca le dio autorización para seguirle en su investigación, ya que su falta de discreción y su impertinencia han puesto en peligro su trabajo y su vida en más de una ocasión.

Intentó arrestarle, plantarle cara, dejarle a un lado, quitarle el saludo, apuntarle con una pistola, subirlo a un taxi hacia las afueras… Pero no servía de nada: siempre volvía. Tárrega dice que en varias ocasiones entorpeció la investigación, y que estuvo a punto de perder el rastro del culpable. Sin embargo nunca se rindió y tras aprender a ignorar esa presencia molesta, empezó a juntar las piezas del rompecabezas, hasta dar con la solución del caso.

Hoy disfruta de su nuevo trabajo en la Policía y vive para limpiar las calles de Madrid de todo tipo de crimen, contando aún con la ayuda de su fiel compañera, Lola. Cuando le he preguntado sobre cómo se ha sentido al leer ¡Matadme!, su respuesta ha sido un largo silencio seguido por cinco palabras: “Prefiero no hablar del tema”.

Eladio Pérez – Periodista (imaginario)

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