A estas alturas, decir que los niños son como esponjas que absorben el conocimiento no es ninguna sorpresa.

Sin embargo, sigue siendo asombroso cómo los más pequeños son capaces de asimilar en sus primeros años de vida una ingente cantidad de información. Es la labor de los padres observar, reforzar y acompañar en esta maravillosa aventura que son los primeros aprendizajes.

Los colores de su ropa, las formas de sus juguetes, el número de pasos que damos desde su cuarto hasta la cocina… En nuestra propia casa estamos rodeados de oportunidades para enseñar a nuestros hijos conceptos que los van a acompañar a lo largo de toda su vida. Además, sus mentes curiosas están siempre en busca de nuevas experiencias y descubrimientos: ¿Qué sonido hace el perro? ¿Qué come la vaca? ¿Qué es más grande, el ratón o el elefante? Por esta razón, los libros pueden ser una herramienta fantástica para empezar a trabajar todas esas cuestiones.

En torno a los 16-18 meses, los niños y niñas comienzan a identificar el nombre de los colores. Pero este proceso se inicia mucho antes y sigue tres fases diferentes. Primero, el bebé podrá percibir los colores, pero sin distinguirlos. Después será capaz de reconocerlos y nombrarlos. Y por último, siguiendo el desarrollo de maduración cognitiva, podrá comparar y relacionar objetos de color similar. Hay un sinfín de juegos que podemos realizar a lo largo de cada etapa para reforzar sus progresos. ¿Qué tal jugar al «veo veo» de los colores? ¿O crear murales con pinturas? ¡Incluso cocinar comida de un solo color! También podemos ayudarlos en este camino de aprendizaje a través de libros que ofrezcan herramientas para jugar descubriendo. Son especialmente efectivos los libros de personajes, ya que los más pequeños se identifican con los protagonistas, y son capaces de empatizar y así asimilar mejor las rutinas y conocimientos. El pollo Pepe y los colores es un gran aliado para esta labor, porque los niños adoran a este pollito y a sus amigos. También Pepe y Mila y los colores o A Lulú le gustan los colores pueden ser buenas elecciones si preferís los libros de cartón.

Otro de esos aprendizajes que se llevan a cabo en los primeros años de vida son los conceptos matemáticos. Los números están por todas partes, y hay que aprovechar el sinfín de posibilidades que nos ofrece la cotidianidad para aprender sobre ellos. Podemos contar los vasos mientras ponemos la mesa, los coches que vemos desde la ventana, los escalones que subimos o bajamos desde casa hasta el portal… El pollo Pepe y los números, Pepe y Mila aprenden los números o A Lulú le gusta contar son libros perfectos para introducir estas primeras nociones numéricas a nuestros hijos gracias a sus solapas y lengüetas que los permiten interactuar con la historia.

También podemos aprovechar a todos estos personajes para introducir otros conceptos, ya que el niño relacionará a sus nuevos amigos con momentos de descubrimiento y diversión. El pollo Pepe y las formas y A Lulú le gustan las formas mostrarán a tus hijos las principales figuras geométricas, y con El pollo Pepe y los contrarios podréis pasar horas adivinando las palabras opuestas.

Pero, sobre todo, disfrutad de esos ratos de aprendizaje juntos, compartiendo ese asombro por todo lo que el mundo puede ofrecer y por la aventura fascinante que supone descubrirlo.

Editorial SM.

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